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Avances para curar la degeneración macular asociada a la edad

La degeneración macular asociada a la edad (AMD por sus siglas en inglés) es una de las principales causas de ceguera en la población adulta y hasta ahora no cuenta con un tratamiento que se considere efectivo.

No es mucho lo que se conoce sobre las causas de esta patología. Se sabe que se origina por el coroides un tejido vascular situado entre la esclera, -la parte exterior blanca del ojo y la retina-, y cumple la función de preservar a los fotoreceptores que gracias a sus células tiene la capacidad de transformar la luz en impulsos nerviosos.

El coroides, en comparación con otros tejidos oculares como la retina, no ha sido demasiado estudiado. Esto se debe a que dificulta cualquier microscopía por ser muy pigmentado y muy complejo de manipular.

Un reciente trabajo interdisciplinado entre investigadores de argentinos, Estado Unidenses y españoles, permitió conocer la expresión génica de miles de células del coroides en ratones adultos, utilizando una técnica conocida como “single cell RNAseq”. Esto posibilitó, la identificación de un circuito inmunomodulatorio clave en enfermedades vasculares de la retina. Este descubrimiento abre las puertas a nuevos estudios sobre la AMD y a la expectativa, incluso, de poder desarrollar una terapia para su tratamiento.

Los resultados fueron publicados en marzo de este año en la prestigiosa revista Journal of Experimental Medicine (JEM), dicen : “Una vez que obtuvimos la expresión génica de todas las células del coroides, decidimos concentrarnos en las endoteliales, dado que sabíamos que la AMD se origina en las zonas donde este tipo de células, que recubren y forman parte de la pared de los vasos sanguíneos, empiezan a morir en áreas donde se acumula un material extracelular tóxico llamado drusen”, explicó el científico argentino Guillermo Lehmann, miembro del equipo.

 

El gran descubrimiento

Los investigadores encontraron que los vasos sanguíneos del coroides contienen al menos tres tipos diferentes de células endoteliales, uno de estos, el más importante, se localiza cerca a la retina. Al comparar su perfil de expresión génica encontraron que producen niveles muy elevados de un gen asociado al desarrollo embrionario, Indian Hedgehog (IHH). Esta es una característica muy especial del coroides, ya que el endotelio de otros órganos adultos no lo expresa.

Dado que el gen IHH codifica para una proteína que se segrega al exterior, los investigadores quisieron conocer cuál era el tipo celular que recibía la señal. Así descubrieron una población de células pluripotentes perivasculares o células madre mesenquimales, cuya existencia en el coroides era hasta ahora desconocida y que en otros tejidos sólo habían sido encontradas en menores proporciones.

Para poder conocer mejor cuál era el rol de IHH, expresado por células del endotelio del coroides y cuya señalización era recibida por células madre mesenquimales, los investigadores generaron un modelo de ratón nulo (knockout) en la expresión de este gen, exclusivamente en el endotelio.

“Lo que vimos es que, al bloquear esta vía, la cantidad de mastocitos -un tipo celular del sistema inmunológico- disminuía. Este hallazgo fue muy importante ya que desde hace unos años se piensa que los mastocitos están involucrados en el desarrollo de AMD”, afirma Gabriel Rabinovich, investigador del CONICET y director del Laboratorio de Inmunopatología del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, CONICET), quien fue invitado a participar del trabajo.

Por otro lado, al generarle un estrés leve en los ojos a los ratones mutantes que no expresaban el gen IHH, se pudo observar que la inflamación en el coroides y en la retina era mucho mayor que en los ratones control sometidos a la misma experiencia, acompañada, además, por una pérdida acentuada de la capacidad visual, lo que los científicos asocian a cierta inhibición de la acción antiinflamatoria de otras células efectoras del sistema inmune conocidas como macrófagos.

“Los macrófagos, al ser tejidos que reciben mucha luz, tienen un componente inflamatorio de base, entonces tiene sentido que haya una especie de freno a la inflamación. Los macrófagos y mastocitos cumplen así una función hemostática, que al des regularse puede favorecer el surgimiento de enfermedades vasculares en la retina”, señala Rabinovich, uno de los investigadores.

Aunque no es posible extrapolar en forma contundente resultados de modelos animales en los que se bloquea la vía de señalización de IHH a un fenotipo que recapitule exactamente la maculopatía humana, todo indicaría que este circuito de células endoteliales del coroides, del que depende la regulación de mastocitos y el rol inmunomodulatorio de los macrófagos, es clave para entender mejor la AMD y buscar un tratamiento para ella.